En otro capitulo el paternal Periquín Plumero previene a su hijo contra los caprichos del carácter, porque hay temperamentos muy extraños dice, muchos tienen salud, tienen trabajo, y si no están como para arrebatar en la pantalla siquiera caminan derechos y peinan copete, pero lamentan su suerte, otros son listos, juegan al tu por tu con los logaritmos o con los idiomas mas viven amargados y creen que nadie los comprende, los pobres anhelan dinero, los ricos crían ulceras para crear mas dinero y los millonarios tienen unas tragaderas que ya quisieran los hipopótamos, hijo mío, nacerás en un mundo extraño, aquí nadie esta conforme el planeta tierra debía llamarse planeta quejas, el libro de consejos de Periquín Plumero tiene una conclusión imprevista, fue escrito para orientar en la vida a un futuro hijo, sus paginas rebosan la mas pura honradez, la moral mas elevada, la preparación necesaria, para convertir a cualquier loro en eminente supercotorro mas todo ese esfuerzo educador fue en vano, el hijo de Periquín Plumero no nació nunca el autor termina sus líneas confesando: No pude casarme de joven por bobo, de maduro por mañoso y de viejo por tacaño, una preciosa lorita accedía a ser señora de Plumero con la condición de ser también señora de auto modelo de lujo, y con lo que cuestan esos cacharros renuncio a los consejos y al hijo que debió practicarlos, además estoy muy anciano ya se me cayeron todas las plumas y con la ultima de ellas antes de estirar la pata, escribiré la palabra fin. Cri-Crí volvió a colocar el libro en su lugar ahí esta para quien desee consultarlo y como el día era Cri-Crí hermoso abandono la biblioteca y salió a ver como galopan los caballitos
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