Q ue interesante debe ser la vida del marino, por fortuna sólo unos cuantos se dedican a la vida del mar, si todos viviéramos sobre los barcos, no quedaría nada en seco, lo ideal seria viajar por mar, por tierra y por el aire, pero eso cuesta tanto que se vuelve prohibitivo, había una vez un joven que tenia un automóvil y una historia de las friegas alcanforadas en 50 volúmenes, con la ilusión de hacer un viaje a través de Europa, vendió el auto por el cual le dieron algo, y abandono en plena calle los libros, porque nadie los quería ni regalados gracias a las facilidades de una agencia de viajes, se gasto toda la plata en visitar en solo quince días y ¾ de hora, París, Londres, Estocolmo, Copenahe, Amsterdam, Berlín, Ginebra, Viena, Venecia, Roma, Atenas y las islas Pitusas, en esos lugares con una velocidad que ya quisieran las ambulancias, pudo admirar todos los sitios históricos, museos, palacios, jardines, teatros, lavanderías y demás atracciones turísticas, a su pronto retorno ya no tenia dinero ni la menor noción de lo que había visto, porque fue tanto que se hizo un lío, un viaje extenso, minucioso y detenido, exige una fortuna para poder viajar con calma cierto tendero se dio prisa en ganar dinero vendiendo kilos de 800 gramos, al cabo de medio siglo, tenia un capitalazo que se escribía casi con una docena de cifras, entonces fue cuando realizo su sueño de darle la vuelta al mundo sin carreras, pero como estaba cansadísimo de tanto trabajar, realizo su sueño sin correr, como se escribe, todo el viaje se lo paso durmiendo, de modo que quedo en las mismas que el trotamundos apresurado. Estos ejemplos demuestran lo difícil que es aprovechar un largo recorrido, papá elefante no tiene la menor intención de tragar leguas, primero porque está muy panzón y también porque tendría que acarrear a su elefantito por el mundo.
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