Antes de la hora de gracia concedida Cri-Crí salió presuroso del país de los ladrones decidido a no volver y doliéndose de la perdida del violín y de su bonito par de calcetines rayados, en esa República de Guantia el héroe nacional es Turlerín, famoso ladrón cuya hazaña máxima fue robarse un tranvía en plena marcha, con tal destreza que sus ocupantes no se dieron cuenta hasta llegar a la terminal, el pueblo erigió un monumento a en honor a Turlerín, pero en cuanto apuntó el nuevo día ya alguien se había llevado la estatua, tratando de olvidar tan amarga experiencia Cri-Crí continuo su viaje hasta llegar a los Estados Paralelos de América. Esta singular nación no es monárquica, ni dictatorial, ni demócrata, ni socialista, ni sociatonta, Estados Paralelos de América son una República estrábica, lo que ahí domina es el estrabismo, todos sus habitantes son bizcos, y cuanto mas encontrados, torcidos y trabados tenga un joven los ojos, mayor es su oportunidad para triunfar como galán de la pantalla, los paralelepipedos así se les llama a los ciudadanos de los Estados Paralelos de América, descienden del famoso conquistador Mirachueco, ese país con mas propiedad debía llamarse Viscornia sino fuera porque la dignidad nacional prohibe cualquier alusión a la bizquera, la palabra bizcocho es el peor insulto que pueda proferirse, en la patria de los bizcos hay que andarse muy derecho, sin decir o hacer nada cruzado, la letra X esta excluida del alfabeto por constar de dos trazos cruzados, por lo mismo ahí nadie suma o multiplica ya que los símbolos de ambas operaciones adolecen de idéntico defecto, cruzarse de brazos es una provocación castigada con fuerte multa, A todo esto Cri-Crí andaba hambriento en aquella región, desde el robo del violín había quedado sin modo de ganarse la vida, pero esta circunstancia lo salvo de ir a dar a presidio, si se recuerda que la ejecución del violín exige que el arco se cruce con las cuerdas y en buen lío se hubiera metido nuestro músico, mas el apetito es un estado estomacal que aguza el ingenio, recordando que al país que fueres haz lo que vieres Cri-Crí comenzó a hacer el bizco torciendo los ojos lo mas que pudo, eso le conquisto muchas simpatías y fue considerado un galante extranjero a quien no faltaron convites, hospitalidad y mas de un suspiro por parte de bellas bizcas paralelepipedas, con un poco mas que hubiera forzado los ojos es seguro que alguna de ellas habría caído rendida en sus brazos, pero Cri-Crí estaba demasiado concentrado en torcer las visuales para ocuparse de romances, aquel constante bizcar le acarreo un mareo semejante al que causa dar muchas vueltas, era como si hubiese bailado 100 veces consecutivas el vals del trompo esa composición que Cri-Crí dedico a una peonza tonta que lo único que sabia hacer era girar sobre ella misma.
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