Tras la selva oscura,cerca del pantano,
hay un viejo topo cegatón y huraño.
En la cueva fría de su madriguera
pasa noche y día sin querer salir.
Oiga, señor Topo, venga usted a ver
qué coqueta, qué graciosa
ha crecido desde ayer
la violeta.
Señor Topo, nada le podrá pasar
si se asoma. Venga, venga,
venga en persona a mirar la linda flor.
Oiga, señor Topo, venga usted a ver
qué cambiado, qué distinto
ha bajado a beber el venado.
Ora tiene ya sus cuernos en ramal.
Venga pronto, señor Topo,
no sea tonto, mire al venado que volvió.
Señor Topo, ya me empiezo a cansar
de rogarle, porque sólo
sabe usted refunfuñar
al hablarle.
No consigo, aunque lucho por saber
si es mi amigo. Señor Topo, pues,
lo siento mucho.
¡Buenas tardes, ya me voy!