En lo alto de la sierra,
cuando sopla el viento frío,
abanica el follaje del pinar
murmurando como arroyo de cristal.
Pajarito carpintero,
¿dónde hay agua
para poder beber?
Picapinos, deja el tronco
y responde
dónde la encontraré.
Traigo los labios partidos,
la boca reseca,
me muero de sed.
¡Ay, qué fresco el volcán!
y aquí en los bosques
ni gota de agua para tomar.
Pajarito carpintero,
no seas malo,
llévame al manantial
y tornando bullanguero
a tu palo
vuelve a picotear.