La muñeca estaba cansada
de tanto correr y jugar.
Parecían sus mejillas dos manzanas
acabadas de cortar.
y se acercó a la muñeca
un oso gordito y pachón,
y al verla cansada
la tuvo abrazada
mientras cantaba esta canción.
Duérmete, muñequita,
duérmete junto a mí
y mientras que tú sueñas
no me alejaré de ti.
Tu cabecita rubia
déjala reclinar,
y tus ojos pintados
poco a poco has de cerrar.
Duerme que ya es de noche
y allá en lo alto hay mil estrellas.
Sueños de color de rosa
pronto vendrán a ti,
muñequita preciosa,
que suspiras junto a mí.