Allá en la cocina, en el fogón,
está doña Gallina echando carbón.
Necesita lumbre para cocinar
porque sus pollitos quieren almorzar.
Y al tiempo que maneja el soplador,
canta la gallina su canción.
Doña Gallina salió a pasear
con los pollitos por el corral.
La Cocorita les hace ver
lo que un buen pollo
debe saber:
"Escucha, pollito, no debes correr,
pues eres pequeño, te puedes perder.
A los pollos tontos se los comerán
los pícaros gatos o el gavilán."
La Cocorica se encariñó
con los pollitos que Dios le dio.
Recién salidos del cascarón,
ya todos saben la tal canción:
"Escucha, pollito, no debes correr,
pues eres pequeño, te puedes perder.
A los pollos tontos se los comerán
los pícaros gatos o el gavilán."